La acusación fundamentada y la denuncia malintencionada
En la Etica Política hay dos conceptos que se encuentran en los polos opuestos. Uno es la “acusación fundamentada” y el otro la “denuncia malintencionada”.
El primero tiene un proceso y una forma de actuación que en una sociedad moderna ampara en su defensa y derechos al acusado para evitar injusticias y cuyo ejemplo más reciente es la actuación de la todavía actual dirección de la Diputación Foral de Guipúzcoa en el caso del fraude de Hacienda.
El segundo, cuyo fin no es hacer justicia sino desprestigiar al adversario, tiene en nuestras sociedades modernas un fiel aliado: la prensa/propaganda amarilla. Lanzar sospechas utilizando estos medios provoca la mayor indefensión del acusado. Eso es lo que pasa con el tema de Zumaia Lantzen.
Sr. Alcalde Agirrezabalaga, en su último escrito en el DV, Ud. , pide a la ciudadanía, que actúe cual reportero de “Aquí hay tomate” para que se entere qué es lo que ocurre en Zumaia Lantzen, cuando es Ud. mismo miembro consejero delegado de dicha empresa pública. Piensa que en un tema que afecta a la vivienda, principal preocupación de los ciudadanos, máxime de los jóvenes, se puede actuar con tamaña frivolidad.
Y sigue en su escrito utilizando la misma denuncia malintencionada y levanta sospechas sobre Asier Esnal. En este caso ya ha recibido cumplida respuesta del Diputado General.
La actividad pública y política exige un poco más de seriedad. El levantar sospechas infundadas acarrea daños de difícil reparación no sólo en lo personal sino en el conjunto de la actividad pública. Actuemos con responsabilidad.
Si me permite un último consejo, para cualquier persona con una mínima capacidad de análisis crítico, resulta mucho más interesante leer cualquier obra de Maquiavelo, aunque fuera escrito ya hace 400 años, que tomar como referencia los métodos de denuncia de la prensa amarilla que desgraciadamente se han puesto tan de moda.
H.I.
Irakurri
